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martes, enero 12, 2010

Eric Rohmer, el delicado voyeur

Hay películas que te marcan, aparte de por sí mismas, por haberlas visto en un momento determinado. Las películas descubiertas en la juventud dejan un halo magnético que perdura toda la vida.

Recuerdo que la primera película que vi en versión original subtitulada fue La Kermesse Heroica, una comedia sobre los españoles en Flandes. La pusieron en la tele un viernes noche por la Segunda Cadena (lo que ahora es La 2) en La Clave. Me planté yo solito ante la tele y me la tragué hipnotizado por la historia y sin importarme tener que leer.

Pero si alguien me enseñó que la versión original subtitulada es la mejor forma de ver cine, ése fue Eric Rohmer. Estaba yo aún en edad de B.U.P. cuando la Diputación Provincial de Sevilla organizó un ciclo de películas subtituladas que recorría los cines de varios pueblos. En este ciclo vi alguna de Jim Jarmusch, alguna otra que no recuerdo, y cuatro o cinco de Eric Rohmer.

Al momento me atrapó su naturalidad. Me sentía como un voyeur escondido tras una esquina, tras unos arbustos, tras las cortinas. Me sentía un espectador privilegiado que podía asistir a historias reales con diálogos que parecían improvisados aunque estuvieran cargados de reflexiones filosóficas o vitales. No me importaba que no hubiera tiros, ni persecuciones, ni giros imposibles en las tramas (aunque alguno sí había, tampoco nos engañemos). A mí aquellas películas me engancharon.

Y caí rendido a Eric Rohmer para siempre, porque los amores de juventud son los que siempre se recuerdan con más cariño.

Descanse en paz.

1 comentario:

4M dijo...

¡Qué enrollaos en la Diputación Provincial de Sevilla! Menudos ciclos...¡Qué tiempos aquellos! No soy muy Rohmeriana si consideramos que he visto poco de él ; sin embargo lo que he visto me ha gustado mucho. Las he visto más bien modernas, y a pesar de todo siempre parecía fresco y joven.
Ah y prefiero siempre la versión original, pero en el caso de las peliculas francesas en las que se habla mucho , me parece completamente indispensable.