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martes, septiembre 15, 2009

Conejo al ajillo con piñones

Ahora que el gobierno nos aconseja que compremos conejo, pues aquí va una muy fácil.

En una sartén con aceite freímos seis o siete dientes de ajo pelados enteros. No mucho, sólo hasta que estén un poco cocidos.

Sacamos entonces los ajos, que han dejado su sabor en el aceite. A continuación vamos poniendo las piezas del conejo salpimentadas (lo hemos pedido troceado en la pollería - ¿por qué el conejo se vende en las pollerías?) en el mismo aceite y friéndolas hasta que queden prácitcamente hechas. Se pueden enharinar antes de freír, pero yo prefiero hacerlo sin harina, que ensucia mucho y se acaba quemando.

En esa misma sartén, ponemos ahora una hoja de laurel y un par de ajos picados. Lo dejamos apenas cocerse un poco y añadimos todo el conejo pre-frito.

Ahora machacamos los siete dientes de ajo que habíamos frito al principio y lo añadimos junto con los piñones a la sartén. Sólo queda mover de vez en cuando para que todo se vaya haciendo, no serán más de diez minutos.


Pasado este tiempo, añadimos un buen chorreón de vino blanco para que dé algo más de saborcito al conjunto y dejamos evaporar el alcohol.

Y ya está. Para servir, y si de verdad nos gustan los ajos, se puede además hacer una vinagreta muy sencilla machacando dos dientes de ajo y añadiendo el zumo de medio limón, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y un poco de perejil. Se bate todo bien y ya está.

Después, solo queda poner la mesa y comer. Eso sí, no se os ocurra invitar a la Beckham.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No la misma vajilla de siempre, nooooooooooooooooooo

Zero Neuronas dijo...

¿Para qué cambiar? Sobre todo en época de crisis, hay que acabar con la idea de los bienes perecederos. Lo que dura toda la vida, que dure.