Apitiké

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Nuevo servicio para escritores

viernes, junio 30, 2006

Silvio Melgarejo: localismo universal

Puede que algunos piensen que internet es un demonio para la música, una bestia que acabará con ella, puede que tengan sus motivos para pensarlo, pero también puede que algunos pensemos que gracias a internet se pueden descubrir nuevos músicos que de otra manera no tendrían distribución posible, o, como es el caso que me ocupa, que se pueden rescatar viejos discos descatalogados y volver a disfrutar de ellos (y permitir que otros los disfruten dejándolos en las redes persona a persona).

En mi tierna adolescencia, a los quince añitos de edad, salió un disco de un grupo llamado Barra Libre y liderado por un tal Silvio Fernández Melgarejo. Canciones como La ragazza del elevatore o Ese es mi barrio sonaron en los garitos de mi pueblo sevillano y en mi cabeza durante mucho tiempo. Yo, por aquel entonces, creía que era un fenómeno nacional, que todo el mundo conocía aquel grupo. Después de eso, vino Silvio y Sacramento, con un par de discos repletos de grandes temas: Fantasía Occidental (1988), y En Misa y Repicando (1990) con temas míticos como el Rezaré, Sureños, Aunque no seas virgen (temazo del Pive Amador versionado después por Los Enemigos), Vengo buscando pelea o Marguerita margueró (dedicada, parece ser, a la secretaria que le pasaba cervezas en secreto durante las sesiones de grabación).

Pero en esos años (1987) vine a Madrid. Y descubrí que aquí no se le conocía, que su música, local y universal a la vez, no sonaba en la capital. Bueno, miento: en algunos programas de la segunda cadena, esos de madrugada en los que se daban conciertos, aparecía Silvio, siempre rebelde (o siempre borracho), negándose a actuar delante de un Paco Pérez Bryán (creo recordar) con los cojones por corbata. De hecho, en mi pueblo también actuaron Silvio y Sacramento, y en medio de la actuación, Silvio se bajó del escenario y se puso a cantar entre el público, sin micrófono y de cara a sus compañeros, algo que se asemejaba a un tema flamenco.

En fin, que he vuelto a conseguir toda su discografía y a escucharla... quiero decir, a vivir de nuevo aquellos años, porque la música tiene un poder evocador (y creo que lo he dicho alguna vez más) sólo superado por los aromas.

He intentado alguna manera de poner aquí algún tema suyo, pero como aún no domino tanto la tecnología cibernética, me he limitado a subir un trozo de una entrevista de esas que le hizo Jesús Quintero. Si alguien la ve (son sólo nueve minutos), que no le haga mucho caso... Es sólo Silvio.

jueves, junio 29, 2006

Y nos vamos al jueves

El capítulo de ayer de Hospital Central hizo nada más y nada menos que un 31,6% de share con casi cinco millones de espectadores. Creo que se lo merecía. Guillermo responde todas las preguntas sobre el capítulo en su blog.

Ya no nos queda nada para terminar la temporada, apenas unos pasos, pero Telecinco nos cambia de día de emisión. Las estrategias de cadena no están a nuestro alcance, me refiero, a que ni pinchamos ni cortamos. Supongo que el motivo no es que el míercoles haya fútbol, ya hemos ido contra el fútbol muchas veces, sino que se acabó Los Serrano y algo tienen que poner en frente de Aquí no hay quien viva.

En fin, que imagino que entre eso, los calores nocturnos que empiezan a amenazar, y las vacaciones, la audiencia se resentirá un poco. Pero la verdad es que esta temporada no nos podemos quejar en ese sentido (más bien lo contrario).

miércoles, junio 28, 2006

Intermedio

Señoras y señores, llegamos a la pausa publicitaria.

Calle M-30 s/n

Uno de mis hermanos me envía un correo con el asunto "pincha aki y ya tienes tema para tu blog", y tiene razón: hace mucho tiempo que no hablaba de Gallardón y su megaobra.

El enlace que me envía es una noticia que dice que la delegación europea que vino a ver la M-30 ha "suspendido" las obras, y que el Ayuntamiento responde dudando de la competencia de dicha comisión. Vamos, como si a uno le suspende el profesor porque no ha estudiado y va y dice que duda de la capacidad de ese profesor. Pataletas de niño malcriado.

Los pobres europeos han alucinado con eso de que se cambiara la denominación de M-30 de carretera a vía urbana y así eludir la declaración de impacto ambiental. Como se lee en la noticia, la M-30 no les parece en ningún modo una calle, sino más bien "una gigantesca autopista de circunvalación". Coño, es que eso es lo que es. Los mismos atónitos europeos dicen, porque así lo entrecomilla la noticia: «Lo que cuenta -dijeron- no es el nombre, sino las dimensiones de la obra, y estas dimensiones evidencian que la declaración de impacto en la M-30 era ineludible».

Y, no sólo eso, afirman que Gallardón ha tratado a los madrilenos como súbditos, no como ciudadanos. ¿Sabrán ellos que ya lo llamamos Faraón? ¿Creemos nosotros que esto va a tener alguna repercusión? Yo, sinceramente, lo dudo mucho. Y lo dicho otras veces, después volverán a votarlo...

Vamos, que el trabajo de escribir este post era sencillito porque la noticia se comenta por sí sola.

martes, junio 27, 2006

S'acabó

Como diría María Jiménez: "Se acabó, porque yo me lo propuse y sufrí...". No voy a hacer leña del árbol caído, pero con los treinta ya pasados hace unos cuantos años y teniendo que haber estado escuchando toda la semana que Francia era una selección de viejos (cuando son todos más jóvenes que yo), pues sólo puedo decir: olé por los viejos.

Ya se sabe: quién tuvo, retuvo. Y otra cosa: menos mal que nos queda Portugal.

Millones

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Este fin de semana me vi una película de la que me he dado cuenta que hay mucha gente que no ha oído hablar, y eso que la ha dirigido Danny Boyle, el de Trainspotting o La playa. La película fue Millones.

A mí me gustó bastante. Es una especie de cuento sobre un niño obsesionado con los santos (tanto que hasta los ve y habla con ellos), un hermano mayor muy pragmático, un padre viudo un poco al margen de sus vidas y una madre muerta presente en la memoria de sus hijos. Eso y una bolsa repleta de libras. La película es ágil, onírica, con ciertos toques de realismo mágico, una fotografía estupenda y algún punto en común con Solo en casa.

Vamos, que es uno de esos casos en los que se te queda una sonrisa en la cara cuando terminas de ver algo. Y yo, personalmente, lo agradezco mucho.

lunes, junio 26, 2006

Espoilerómanos

Tengo una amiga a la que no se le puede contar absolutamente nada de una película, libro o serie que aún no haya visto. Si hablas de cualquier obra que ella aún no conoce, inmediatamente se lleva la mano a los oídos. Da igual que vayas a hablar de un detalle sin importancia del argumento como de la ropa que lleva el protagonista en la tal secuencia. Ella quiere llegar pura al visionado (o lectura).

Ella afirma que disfruta muchísimo más si no sabe nada de lo que se va a encontrar, si va descubriendo por sí misma todos los detalles. Por eso cuando va al cine, cierra los ojos y se tapa los oídos durante los trailers, por eso nunca verá un teaser de ninguna película,...

Esto viene a que últimamente en los comentarios que escribís en este blog, o en los que se leen en los diversos foros sobre Hospital Central, se especula mucho sobre lo que va a pasar y, hablando de este blog, se me pregunta bastante sobre si va a aparecer tal personaje o qué va a ocurrir con tales otros (sobre todo con Laura y Javier). Cuando uno lee una novela de misterio, la gracia se desvanece si leemos antes el final (aunque eso es lo que hacía mi hermano mayor). Creo que en una serie, ocurre lo mismo. ¿Para qué saber antes de tiempo lo que va a ocurrir? ¿No está la sustancia de seguir una serie en ir descubriéndolo según la vemos?

Yo no llego a los niveles de absoluto hermetismo argumental de mi amiga, pero a mí, que me encanta la serie Los Soprano, no me hubiera gustado nada que me hubieran desvelado el final de las cinco temporadas que he ido viendo en DVD (ni el final ni lo que sucede en esos episodios míticos que hay en cada una).

Entiendo que hay una nueva adicción, que las prisas, la tele, internet, el teléfono móvil, nos acostumbran a un consumo rápido, casi sin paladear los productos, pero no debemos perder la vieja costumbre de saborear la espera, de aguardar con una mezcla de ansia y goce cada entrega de lo que nos gusta, ya sea Hospital Central, Aquí no hay quien viva o el tebeo al que estamos suscritos.

Los "spoliers" cada vez son menos rechazados y más buscados, hay auténticos adictos a ellos, pero os doy un consejo: pasad el mono.

Merecerá la pena.

La tempestad

Si por la mañana el domingo fue fresquito casero y sofá, por la tarde era necesario activarse un poco, así que, como diría Elvira Lindo, mi santa y yo nos fuimos al teatro. Nos decidimos por La tempestad, de un tal Shakespeare, con la dirección de Lluis Pasqual.

Debo reconocer que conocía esta obra sólo por algunas referencias leídas en el último volumen de The Sandman, de Neil Gaiman y poco más. Y me sorprendió bastante, tanto por la obra en sí como por la versión. La trama no es que sea gran cosa, la verdad, pero tiene sus puntos de giro oportunos y es una historia amable, grata de ver y divertida, muy divertida. El que hayan decidido que uno de los personajes cómicos hable con acento entre maño y navarro podría parecer a priori un poco burdo, pero, muy al contrario, le otorga una cercanía que nos hace reírnos aún más con sus intervenciones.

El caso es que volví a mi casa y me leí de nuevo la última historieta de The Sandman, que cuenta, precisamente, cómo Shakespeare escribe La Tempestad como último encargo del Señor de los sueños. Y en esta lectura, con la representación tan fresca, comprendí muchas cosas que se me habían escapado la primera vez. Para que después digan que los comics con para críos...

domingo, junio 25, 2006

300

Domingo por la mañana. De la cama al sofá. A la sombra fresca del salón, cojo un cómic que me regalaron para el día de mi cumpleaños y que aún no había leído: 300, de Frank Miller. Mi intención no es leérmelo del tirón, pero empiezo por la primera viñeta y no puedo parar hasta llegar a la última. ¿Qué tiene para atrapar así? Es el relato histórico de una de las batallas más importantes de la Historia, y en él se ponen en juego muchos elementos: la propia vida, honor, deber, patriotismo, respeto, vanidad, incluso, leyendo algo entre líneas, amor.

El personaje de Leónidas puede no caer especialmente bien, teniendo en cuenta que no deja de ser un déspota suicida que lleva a sus hombres conscientemente hacia la muerte, pero hay unas palabras del propio autor que explican muy bien su actitud y qué es lo que nos atrapa de la lectura:

"Siempre he encontrado fascinante cómo las sociedades libres dependen de sus dictaduras internas para protegerse. Es decir, cuando estamos en peligro no enviamos al Congreso de los Estados Unidos, enviamos a los marines, que están entrenados y jerarquizados como los habitantes de un estado totalitario. Pero son nuestra línea de defensa, los necesitamos. Es uno de los aspectos paradójicos de esta historia que me encantan, que los menos democráticos de los griegos estuvieran defendiendo la democracia".

Y ahora parece que hay una película a punto de empezar basada en el cómic (¿en el cómic o en las crónicas históricas?). Lo curioso del asunto es que se cita como protagonista a Lena Headey, que haría de Reina. Sin embargo, en el cómic la Reina apenas aparece en unas cuantas viñetas. Supongo que potenciarán la historia de amor sólo apuntada por Frank Miller. Veremos qué nos hacen, pero imagino que iré a verla.

viernes, junio 23, 2006

La explicación

Ayer fui a ver algunos cortos dentro de la temporada Cortogenia de estrenos de cortos en el cine Capitol de Madrid.

De los que ví, me dejó con un buen sabor el titulado La explicación, de Curro Novallas. Una historia de cómo la relación cotidiana de la pareja, los pequeños detalles de la convivencia pueden ir minando poco a poco ese amor con el que se comienza. Un poco en la línea de los ahora tan manidos monólogos, en el sentido de ponernos frente a nuestras narices actitudes que nos son muy cercanas para distorsionarlas, pero con dos personajes interpretados bien, muy bien, por los dos actores. Basta de palabras, mejor lo veis.

jueves, junio 22, 2006

El presente es pasado

Ayer se emitió el capítulo 157 de Hospital Central, Señales de humo, escrito, como ya dije, por Carmen Pombero y yo mismo.

No sé si lo habré contado alguna vez, pero cuando uno ve un capítulo propio en emisión, está ya trabajando en otro que irá mucho después (de hecho, el que estamos escribiendo ahora se emitirá allá por octubre, Dios mediante). Y el capítulo que se emite fue escrito, por lo general hace ya bastantes semanas (si no meses). Por eso cuando lo ves, todo te suena muy superado, mezclas tramas, te preguntas, ¿cómo pueden estar peleados Héctor y Javier (me invento el ejemplo para no desvelar nada) si se han ido juntos a la sierra? Ah, no, que eso ocurrirá cuatro capítulos después...

Pero por otro lado te reencuentras con personajes que ya casi habías olvidado y les ves cobrar vida ante más de cuatro millones de personas. Sólo cuando se emite, cuando lo veis vosotros, aquello que estaba en papel y pasó después por decenas de manos, existe realmente.

Y una cosa, no os perdáis el capítulo de la semana que viene... Avisados quedáis.

miércoles, junio 21, 2006

La velocidad lleva a la cárcel

Hombre, tal vez parezca un poco exagerado el titular, pero hoy en todos sitios se oye o se lee que conducir a más de 90 km/h en ciudad se castigará con penas de cárcel. Tal vez parezca exagerado, sí, pero tampoco lo es tanto.

Yo conduzco, y como conductor en una ciudad tan caótica como Madrid, veo muchas, muchísimas barbaridades. La gente confunde "tener un coche" con "tener prisa". Y sobre todo, y lo hablábamos el otro día varios compañeros, confunde "conducir" con "ser maleducado". ¿Por qué si hay una larga cola para meterse en una incorporación sigue habiendo gente que intenta meterse directamente en los primeros puestos y encima se enfada si le pitas? ¿Por qué siguen dándote luces si vas a 110 km/h en una carretera en la que sólo se puede ir a 80? No, no es para que frenes, es para que te apartes y te adelanten. ¿Por qué el que está detrás de ti te toca el pito (en todos los sentidos) a los 0'00005 segundos de que el semáforo se ponga en verde? ¿Por qué nadie hace caso a tu intermitente y te cede un poco de espacio para que cambies de carril? ¿Por qué nadie, de hecho, pone el intermitente?

Ahora se va a cambiar el código penal para disuadir a los que conducen a más velocidad de la cuenta, a ver si pronto se cambia también para disuadir a los maleducados.

martes, junio 20, 2006

Coordinator

De vez en cuando he citado al coordinador de guión al hablar de Hospital Central, la última vez para decir que no le había gustado una trama que acababa de presentarle. Pues bien, en el capítulo que se emite mañana (escrito de nuevo a medias por Carmen Pompero y un humilde servidor), hay un claro ejemplo de la labor de un coordinador.

En el capítulo hay una trama de un chaval que sufre un accidente al colarse en una piscina de un chalet, y a raíz de este accidente descubrimos una historia familiar con su hermano y su madre. La trama que yo presenté era muy parecida, pero se trataba de dos hermanos de los cuales uno era adoptado (el que sufría el accidente) y el otro no. El pequeño, el adoptado, sufría una enfermedad genética que le hacía estar siempre débil, delicado.

El mayor le había dicho al pequeño que era adoptado hacía tiempo, pero los padres no lo sabían y creían que el pequeño pensaba que era hijo natural. Pertenecían a una clase social media-alta y el mayor se llevaba mal, muy mal, con el pequeño. Gracias al accidente se aclaraba todo y los hermanos conseguían acercarse. Grosso modo, esa era la historia. Cuando ya estaba hecha la escaleta, el coordinador pensó que la historia cobraría más fuerza si la familia pasaba a ser de clase media-baja y cambiábamos algunos elementos (el pequeño ya no era adoptado, la madre estaba separada, y algunas cosas más que no diré para no desvelar la trama). Me puse a trabajar en estos cambios propuestos por el coordinador y quedó la historia que veréis mañana (quienes no la hayáis visto ya por ONO). La verdad es que creo que la historia funciona. No sé si la otra hubiera sido mejor o peor, pero desde luego hubiera sido diferente.

Espero que disfrutéis del capítulo.

domingo, junio 18, 2006

Carne con tomate

No quiero ser infiel al espíritu con el que empecé este blog, reflejado en su propio título: decir lo mismo una cosa que otra. Una de esas "otras cosas" que estoy olvidando últimamente son las recetas de cocina. Así que hoy voy a daros la receta de lo que he hecho de comer para llevarme mañana a la oficina, metidito en un tapper y dispuesto a ser calentado en el microondas.

El plato en cuestión es carne con tomate. En primer lugar se pica una cebolla de buen tamaño y dos o tres dientes de ajo y se ponen a rehogar en una sartén grande, con un buen chorro de aceite de oliva virgen (yo es que no cocino con otro). Cuando la cebolla está pochada, se añade medio kilo de carne de ternera cortada en daditos, ni muy gruesos ni muy pequeños. En este punto, se añade un poco de sal. Se van dando vueltas a fuego medio o medio-lento, para que la carne se haga por dentro. Lo mantenemos a ese fuego como unos veinte minutos (el tiempo es aproximado, lo mejor es estar pendiente) removiendo alguna que otra vez. Cuando vemos que la carne ya está algo cocinada, añadimos champiñones en láminas, unos doscientos gramos. Yo esta vez he echado una lata, pero es mejor echar champiñones naturales, hay una diferencia enorme. El problema con los naturales es que sueltan mucha agua, pero o bien se deja reducir el líquido, o se escurre un poco.

Cuando los champiñones ya están también hechos, añadimos el contenido de una lata de un kilo de tomate triturado (digo un kilo, pero las latas suelen ser de 800 grs.). Un poco más de sal, un puñado de comino en grano, cuatro o cinco cucharadas de azúcar (para quitar acidez) y a remover todo, que se mezcle bien. Ahora lo dejamos a fuego medio-lento, moviendo de vez en cuando, unos cuarenta minutos. Y ya está.

El resultado es el de la foto de al lado, y digo exactamente ése, porque la foto se la hice yo, de ahí que esté todo salpicado y manchado y no sea una de esas fotos de libro de cocina en la que para ilustrar la carne con tomate pondrían, qué se yo, mermelada de tomate con trozos de cartón y una capa de clara de huevo para que brille.

Por cierto, esta receta no sería nada del agrado de Julian Barnes, el autor de El perfeccionista en la cocina, libro del que hablé un poco, y es que éste hombre espera encontrar en las recetas tiempos y medidas exactas. Tal vez yo no sea un perfeccionista... pero me lo paso bien.

Ah, y no me voy a comer esa sartenaza, claro está, saco un poco para el curro y congelo el resto en dos tappers, y ya tengo comida para dos días más. Ahora quizá cueza algunos macarrones y se los mezcle ya en el sito de comer. Creo que estará bueno.

viernes, junio 16, 2006

Cuando "he comprado una novela" quiere decir exactamente eso

Palabras de Joan Fontaine:

"Fui invitada a una fiesta en casa de Charlie Chaplin. Allí, durante la cena, me senté junto a un hombre corpulento que llevaba gafas. Era muy agradable, y empezamos a charlar sobre libros. Mencioné un libro que acababa de leer y que había disfrutado mucho: Rebeca, de Daphne du Maurier. A lo que él agregó: "¡Me lo acabo de comprar hoy!". Yo supuse que se refería al libro, como yo. Él siguió hablando: "Mi nombre es David O. Selznick. Acabo de adquirir los derechos cinematográficos de Rebeca"."


He copiado este fragmento de Sólo es una película, la biografía de Alfred Hitchcock escrita por Charlotte Chandler.

Por cierto, Hitchock siempre decía que cuando el guión estaba escrito y el story-board acabado, ya estaba todo hecho, que se aburría filmando. En este libro, un amigo suyo, Robert Boyle, afirma que lo decía sólo porque le parecía chistoso, pero que se veía que disfrutaba en los rodajes.

Yo creo que es así. Por lo poco que uno conoce al personaje, a Hitchcock le pega ser una de esas personas amantes de soltar boutades.

jueves, junio 15, 2006

Llegó el agorero

A mí el fútbol nunca me ha gustado demasiado. Lo veo, me entretiene (a veces), pero poco más. Por eso, cuando ayer terminó el partido, me metí en este blog para escribir algo que se me vino a la cabeza. Sin embargo, el ciberseñor del ciberespacio no me dejó publicar. Me bloqueó el ordenador, me negaba el acceso al editor del blog... En fin, que desistí.

Pero hoy oigo todos los comentarios exaltados sobre nuestra selección de fútbol: que si representa la unidad de España, que si mejor representa la España plural, que si vamos a comernos a esos impíos extranjeros, que si esta selección es la reserva espiritual de occidente (ah, no, eso todavía no lo ha dicho nadie)... y he decidido hablar de lo que ayer un ser supremo me impidió hablar.

Lo que yo quería decir es que esta sensación de euforia ya la he visto en varios mundiales. Y al final, todo para nada. Siempre.

Como no me gusta el fútbol, no puedo decir que fue en tal o cual mundial con gol de tal o cual jugador, pero sé que no una ni dos, sino más veces he visto cómo España juega un tremendo partidazo en un mundial (¿no hubo un 5-0 contra Bélgica, Dinamarca o alguien así?), los periodistas venden la moto de una selección triunfadora (para vender ejemplares) y al siguiente partido... ¡¡plaff!! batacazo y a casita.

Si este año no ocurre, mejor que mejor, pero vamos a calmarnos, que es sólo fútbol. Y los políticos, por favor, a sus cosas, que tienen mucha faena por delante, y la casa sin barrer.

Fiesta popular


Ya lo dije: La Kermés estaba a punto de sacar disco. Ya lo ha hecho, y ya lo ha presentado en público para un grupito de afortunados (entre los que me encontraba). Canciones de muy diverso estilo en un solo disco, mestizaje, pop, rock, rap... En fin, insisto en que lo mejor es escucharlo.
Es tarde y tampoco es cuestión de enrollarse. Por lo pronto, os dejo con un trocito de la prueba de sonido. La grabación se ve y se oye mal, pero es que la cámara era una digital de fotos. No se pueden pedir peras al Olmo.
Ah, y además parece que en Youtube se desacompasa un poco el sonido de la imagen, bueno, no sigo escribiendo, que no vais a verlo...

Allí, se oía mejor.

miércoles, junio 14, 2006

Polémicas inútiles

Por Blog de cine me entero de que los americanos han sacado una lista con las veinticinco películas más polémicas. Resulta curioso que en esta lista el último puesto lo ocupe una película como... Aladdin, sí, la de Disney, la de dibujitos. Todo por una frase al parecer anti árabe en una de sus canciones. Si es que hay que tener un cuidado... Viendo la lista completa no me extraña que los americanos se escandalizaran con la peliculita de vaqueros que se besuquean. Si llegaran a ver Cachorro, no sé a qué infierno la enviarían...

Ah, y para seguir en el tono religioso que me caracteriza ultimamente, la primera película de la lista es La pasión de Cristo. Con la Iglesia hemos topado... (y eso que el Vaticano le dio su bendición).

martes, junio 13, 2006

Santos del devocionario

Hay que ver cómo estoy últimamente con las estampitas religiosas, pero es que hoy es San Antonio. A estas alturas, por mucha máscara que lleve en la foto de mi perfil, todo el mundo sabe que me llamo precisamente Antonio, con lo que hoy celebro, como suele decirse, mi onomástica.

Antonio es uno de esos nombres de los que la gente se acuerda de felicitarte el día del santo. No hay tantos así. Nadie se acuerda de cuándo es San Alberto, o San Guillermo, o San Leopoldo (a excepción de los agraciados), pero por un motivo u otro, hay nombres que sí van claramente unidos a una fecha: San Jorge (por el día del libro), San Juan (por el veranito), San Antonio (no sé por qué, pero en Madrid, por la verbena y en Lisboa porque es fiesta), San José (por el día del padre), tal vez San Francisco Javier, Inmaculada,...

Acepto regalos.

lunes, junio 12, 2006

Guiños

Hace poco, alguien preguntaba en este mismo blog si metíamos homenajes ocultos en los guiones de Hospital Central. Yo contestaba que sí, que a veces usábamos nombres de amigos o compañeros para los personajes o para los nombres de las calles en las que suceden los accidentes. Hoy voy a contaros algunos homenajes más. Como yo me crié en un pueblo, me gusta hacer referencia a cosas de él soterradamente. Y no sólo eso, entre mis compañeros ha caído en gracia el apelativo de los de allí, "loreños", tanto que muchos me llaman simplemente así, "Loreño", que por cierto es el nombre artístico de mi tío Pepe Núñez.
A lo que iba, voy a poner algunos ejemplos. En el capítulo 151, Segundas partes, con guión de Jorge Díaz, aparece una referencia a la Virgen de mi pueblo, la Virgen de Setefilla (sí, es la de la foto). Jorge estaba escribiendo su capítulo y quería que una señora entregara un amuleto a Héctor cuando entrara a operar, para que le diera suerte. Quería que fuera un santo o algo así. Por eso de que uno es andaluz y parece que la religión se nos ha metido más desde pequeños, me preguntó si sabía de algún santo milagroso para esos casos. Yo no, pero recurrí al teléfono y a mi madre, que para eso están. Y ella, claro, no tuvo dudas: qué alta esfera celeste con más poder que la Virgen de Setefilla... Como es un nombre que sólo se da en Lora del Río, supongo que todos los loreños que vieron el capítulo se quedarían un tanto sorprendidos al oír ese nombre. Es el poder de los guiños.

En el último capítulo emitido hasta el momento, el 155, El valor de una vida, aparece una referencia a un equipo de fútbol inexistente. El capítulo está escrito por Adela Gutiérrez y Juan Algarra, y bautizaron a este equipo como "Atlético Loreño", cosa que agradezco.

Además, en el capítulo 153, Relaciones encadenadas, escrita a medias por menda lerenda y Carmen Pombero, usamos el nombre de un amigo del pueblo para el personaje que tiene un accidente con la furgoneta, Servando López. Incluso su mujer se llamaba como su mujer en la realidad, Dolores (el apellido lo cambiaron en plató). Y en ese mismo capítulo Edu buscaba un restaurante en un buscador, La Portuguesa, que es uno de los restaurantes históricos de mi pueblo.

Estos pequeños detalles no estropean las tramas, pero le dan una cierta gracia interna que seguro que gustará a los buscadores de anécdotas.

domingo, junio 11, 2006

Y yo que creía en la paz

De niño, yo era muy ingenuo. Antes, eso iba con la edad. Recuerdo que cada vez que veía en la tele o escuchaba en la radio (en mi casa rara vez entraba un periódico) que ETA había cometido un atentado y matado a tantas personas, yo no podía comprender cómo alguien podía asesinar de aquella manera tan gratuita. Pero de niño también tenía cierta clarividencia, y me entristecía pensar que cuando fuera mayor tal vez entendería aquello que en mis pocos años de existencia se me escapaba. Y la idea no me gustaba.

De niño, oía las noticias de los atentados y me preguntaba si eso se acabaría alguna vez.

El caso es que crecí conservando cierto grado de ingenuidad. Por eso, cuando empezó el proceso de negociaciones, yo lo recibí como una gran noticia. A mi cabeza aún infantil en muchos aspectos no le cabía ninguna duda de que todo el mundo se uniría ante la simple idea de que ETA ya no iba a matar nunca más. Parecía que iba a ser así, pero el mundo no es de los ingenuos (por suerte o por desgracia)

Así que ayer un montón de gente salió a la calle para reclamar que ETA siga matando... está bien, no pedía exactamente eso, soy un demagogo. Pero ellos también lo son, si no, ¿a qué viene que llevaran una gran bandera española con la pregunta: ETA-Zapatero-PSOE, ¿quién está detrás del 11M? ¿No puede presentarse ante eso una denuncia por injuria? ¿Por qué siguen a vueltas con lo mismo? ¿Qué quieren ellos ocultar?

Lo difícil de entender a mi ingenua mente es por qué el PP parecía estar de acuerdo con una negociación con ETA, pero se echa atrás cuando el PSOE quiere hablar con Batasuna, porque, dicen, Batasuna es una organización ilegal. Tengo que informarme mejor, porque yo creía que ETA también era ilegal. Debe ser que no.

Y en la tele pillé a una trajeada señora de la manifestación diciendo que prefería que ETA siguiera matando a negociar con unos asesinos. Señora, pues yo no quiero que nadie me mate ni a mí ni a nadie más. Si hay que hablar, pues se habla. La palabra "negociar" no implica necesariamente "bajarse los pantalones", cada uno pone sobre la mesa lo que ofrece y lo que pide, y se ve a qué se llega, tal vez a mucho, tal vez a nada, pero para eso, hay que sentarse.


La sed de venganza no debería influir en la política.

viernes, junio 09, 2006

Ley y arte

Tiene cojones la cosa. Ahora los políticos empiezan a pelearse por ver quién es el dueño del quejío. Parece ser que en el nuevo estatuto andaluz incluye la exclusividad andaluza sobre el arte flamenco. No he leído el texto y tal vez la cosa no sea exactamente como nos cuentan en los periódicos, pero si es así, me parece, con todas las letras, una tontería.


Mira que yo no estoy en absoluto en contra de que se revisen los estatutos y que cada comunidad mejore sus competencias, pero que se pretenda ser los padres exclusivos de una forma de arte "por ley", me parece algo no sólo absurdo, sino del todo inútil. Si nos ponemos a ser puristas, a lo mejor lo que hay que decir es que el flamenco es un arte exclusivo de los gitanos, y que ningún payo se vaya a otorgar ningún mérito, o que es un arte que nació de la India (como dice alguna teoría) así que es un arte exclusivamente hindú. O que como viene de los paises árabes (como afirman otros estudios), y que sólo se puede cantar en lenguajes árabes. Incluso hay una teoría sobre su origen hebreo, pues nada, a cantarlo con la kipá en la cabeza.

Que políticos, señores con estudios (o eso dicen), se dediquen a pelear por la posesión del flamenco suena a esas peleas de niños en las que se gritaba "mi padre es más fuerte que el tuyo", "el mío más", "el mío un millón más", "el mío infinito más", "el mío infinito más mil"... Discusiones vacías.

Lo que hay que hacer con el flamenco es potenciarlo, programarlo, oírlo, verlo, disfrutarlo y dejar que la piel se erice, sea en Andalucía, en Extremadura o en Shangri-La.

jueves, junio 08, 2006

Batwoman enamorada


A veces nos preguntan por qué decidimos meter a un personaje homosexual en Hospital Central. Y a veces explicamos que no se trataba de reflejar una realidad social (o no exclusivamente), ni de recoger ningún lecho de audiencia, sino que el personaje venía muy bien para crear una historia a Ester. Vamos, que de no existir Ester (en nuestros guiones la escribimos sin "h"), nunca hubiera existido Maca.

Sin embargo, sí es cierto que algo así no hubiera sido ni siquiera imaginable hace unos años, porque mucha gente se hubiera llevado las manos a la cabeza y habrían surgido miles de protestas de asociaciones de telespectadores, foros familiares y similar. Nosotros hemos pretendido normalizar esta relación y verla como una opción más, que existe y a la que tampoco hay que darle la espalda.

Esto viene a que he leído la noticia de que se van a volver a publicar cómics de Batwoman, pero con una nueva orientación sexual. Sí, eso es, Batwoman será lesbiana.

En DC dicen que ya han ido añadiendo personajes latinos, asiáticos, de raza negra... entre sus héroes, porque quieren reflejar la sociedad real de su país y porque con ellos pueden contar historias que de otra manera sería imposible. Pues eso, que además de reflejar lo que hay en la calle (que nunca está mal), los personajes con una determinada característica (sea su orientación sexual, su estrato social, una determinada enfermedad crónica,...) también son personajes ricos dramáticamente, no hay que buscarle tres pies al gato, o a la murciélaga.

miércoles, junio 07, 2006

Adiós a las siestas

Vaya, ahora resulta que dormir siestas largas es malísimo para la salud. Y encima lo han dicho en un congreso en Sevilla.

Por lo visto las personas que necesitan dormir la siesta habitualmente durante más de una hora tienen asociado un mayor riesgo de mortalidad, así como de sufrir hipertensión arterial.

Seguro que dicen eso porque el congreso ha sido ahora y no dentro de un mes, porque a ver quién es el guapo que en pleno Julio en Sevilla no cede a la tentación (si puede) de bajar las persianas, ponerse un ventilador y dormir no una hora, sino hasta tres (me habéis pillado, hablo de mí mismo). Y es que cualquiera es el guapo que sale a la calle con cincuenta a la sombra.

Hombre, la verdad es que el estudio habla de las personas que NECESITAN dormir esa siesta larga aunque hayan dormido mucho por la noche, no de quienes la duermen por puro placer, pero a mí ya me han acojonado. Si es que a veces es mejor mantenerse desinformado...

martes, junio 06, 2006

Lo malo de lo bueno

Esto de escribir tiene buenos momentos (muy buenos) y malos (que tampoco son tan malos, al fin y al cabo, no jugamos con la vida de nadie). No vamos a hablar siempre de lo positivo, así que hoy le toca el turno a la parte oscura.

Os cuento. En Hospital Central tenemos lo que llamamos Trama A, que es la trama médica que dura todo el capítulo y lo articula (más o menos). Es la que empieza con el accidente en exteriores del principio, cuyas consecuencias llegan hasta casi el final. Yo había pensado y escrito (en veinte pasos) la Trama A del siguiente capítulo que me toca escribir. Ayer la entregué al coordinador. Y hoy me la ha devuelto con una cara que quería decir: "no me ha gustado". Efectivamente, no le había gustado.

En ese momento pueden ocurrir dos cosas:

a) Que no le haya gustado en absoluto, con lo que te buscas otra historia y punto.
b) Que haya cosas que sí. Esta opción casi es peor, porque tienes elementos que rescatar de la anterior historia, pero tienes que montarlo de otra manera.

En verdad, cualquiera de estas dos opciones no es mala, es más, muchas veces tener que reescribir una historia hace que la limpies y quede todo muchísimo más claro y que funcione mejor dramáticamente.

Lo malo viene cuando no sabes por dónde atacar, cuando te pasas dos o tres horas delante del ordenador sin que veas una salida clara. Son pequeñas minicrisis en las que piensas que no tienes ni idea de esta profesión y que no vas a ser capaz de escribir más en tu vida. Pero después se pasa siempre (hasta ahora).

Lo malo es que hoy no voy a ir a correr.

No hay mal que por bien no venga (y otros asuntos)

Ya conté a bombo y platillo que quedé entre los siete finalistas del Premio Pilar Miró de Guión. A mí, de hecho, me gusta decir que quedé tercero (que, en verdad, los cinco no ganadores quedamos terceros).

Es cierto, no gané, pero quedar entre los finalistas me ha hecho rescatar el guión de mi ordenador, volver a imprimirlo y empezar a moverlo por productoras. Si simplemente mi guión no hubiera pasado una criba anterior, tal vez no hubiera tenido la motivación suficiente para comenzar a hacer llamadas, a imprimir, a encuadernar, a ir a correos a enviarlo... En fin, puede que esto quede en nada, pero puede que alguna productora esté interesada en llevar el proyecto a buen término. Yo personalmente creo que saldría una buena película de ese guión (sería gilipollas si no lo pensara, ¿no?). Y también creo que se puede mejorar, por eso estoy ya escribiendo una segunda versión con algún cambio en la historia que espero que le de un poco más de dramatismo, en el sentido funcional del término. Vamos, que, como dice el título de esta entrada, no hay mal que por bien no venga.

Y lo de otros asuntos hace referencia al envío por correo. El otro día fui a enviar el guión desde una oficina de mi barrio y todo fue perfectamente. Es una oficina pequeñita, con sólo dos puestos de atención, y siempre que he ido me he encontrado con personal muy capacitado, y con bolígrafos para que rellenes lo que tengas que rellenar. Pero hoy he ido a una oficina un pelín más grande (debía tener entre seis y ocho puestos de atención) y he visto todos los tópicos propios del mal funcionario. Una señora pidió un bolígrafo para rellenar el papel de certificado y le dijeron que no tenían. Salió a comprar uno a una papelería (yo no le dejé el mío porque de esto me enteré cuando la señora volvió de la papelería en cuestión). Un ordenador que tenía que imprimir no sé qué se estropeó, y la encargada del puesto se paseaba con parsimonia de su ordenador a la impresora, de la impresora al ordenador, del ordenador a la impresora,... charlando mientras tanto con sus compañeros sobre qué habían hecho la noche antes y otras menudencias. Y la cola aumentando por segundos.

Estas cosas ocurren en la empresa privada (¿Qué es Correos?) y la empresa en cuestión dura tres días en el mercado.

lunes, junio 05, 2006

Día marcado


Mañana es la fecha. Seis del seis del seis. Los tres seises, el número de la bestia.
En los hospitales nacerán muchos niños, pero que a nadie se le vaya la pinza, ninguno será el anticristo por nacer en esa fecha. Suficientes anticristos hay ya por ahí.

Tampoco se va a acabar el mundo. Si no lo consiguió el año 2000, no lo van a conseguir tres tristes seises. (Aunque es más que probable que aparezca cualquier virus made in microsoft con el título "666" en el asunto).

No van a resurgir los muertos de los cementerios para vengarse de los vivos. Bastante venganza es ya vivir en determinadas condiciones.

En fin, que va a ser un día normal, aunque, por si acaso, yo escribo esta tontería el día antes y emitimos Hospital Central el día siete.

La verdadera historia

Tras tanta sobredosis de Red Hot Chili Peppers y hasta que mi ausencia de neuronas me permita concentrarme en otra cosa, pongo aquí un vídeo sobre una posible película mezcla de Terminator con La Historia más grande jamás contada (la de Cristo).

Mi frase favorita es esa de: "¡¡Deja de matar a Judas!!".



(Gracias por el envío, Felipoide)

domingo, junio 04, 2006

No son los Bee Gees

Ayer comentaba que John Frusciante se marcó un tema de los Bee Gees para que sus compañeros de los Red Hot Chili Peppers descansaran. Gracias al bendito Youtube, aquí está un trozo de ese momento.

Y ya está, ya no voy a ser más pesado con este concierto. Mañana habrá otras cosas de las que hablar... espero.

sábado, junio 03, 2006

Entrada rota

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Pues sí, la entrada está rota porque acabo de volver del concierto. Aún me zumban los oídos, aún resuenan en mi cabeza las canciones de los RHCP. Y lo dije, no puedo ser objetivo, me han encantado. No ha sido sólo un concierto, ha sido todo un espectáculo. El espectacular juego de luces, colores, tubos fluorescentes (o algo que se le parecía) y las cuatro pantallas gigantes móviles ha vestido la música de los californianos como un guante de seda. Empezaron con el Can't stop, para seguir con el single de su último disco: Dani California, y así han seguido todo el concierto, mezclando temas antiguos con algunos del Arcadium Stadium. Los botes, el sudor, la emoción y los pelos de punta han estado garantizados. Y después ha habido momentos curiosos, como la versión de los Bee Gees que se ha marcado en solitario John Frusciante para que sus compañeros descansen, o el duo de cuerda que se ha marcado con el bajista. A mí el final no me ha gustado. Tras hacer botar a todo el mundo con el Give it away, se han liado a alargar un instrumental con guitarra y pedal que ha ido bajando el climax, y a mí me gustan los conciertos cuando acaban con un bombazo, no con un bajón climático. Pero es la única pega que le pongo.

Mañana en los periódicos habrá muchas más.

(Y no me resisto a comentar algo más. Son las tres de la noche, he puesto la tele y me encuentro en Antena 3 con un programa tipo tele local -llamadas, sorteos, etc- que se llama nada más y nada menos que Buenas noches y buena suerte. Hombre, a mí la película no me gustó, pero el histórico programa que llevaba ese título se merece un respeto. En fin, me voy al catre).

ACTUALIZACIÓN (13.00)

Leo las dos primeras críticas. Teniendo en cuenta que los críticos se ganan la vida buscándole defectos a todo, la verdad es que salen muy bien parados:

* Crítica de El País
* Crítica de Terra Actualidad.

Y, por ahora, sólo he encontrado un blog que hable del concierto de ayer. Como suele ocurrir, cuando uno no es crítico, sino mero espectador, se disfruta del espectáculo. Lee lo que opina Carol en Los mundos de Carol.

UN POCO MÁS TARDE

Encuentro otra entrada en un blog. A éste no le ha gustado nada, sobre todo porque es un nostálgico de los primeros Red Hot Chili Peppers. Lee lo que opinan Los secuestradores de iones.

SUMA Y SIGUE

Encontré un surfero con el que coincido bastante. Lee lo que opina.

Y en los comentarios del surfero encontré un blog chileno dedicado únicamente a los guindillas.

viernes, junio 02, 2006

Esta noche, cita con las guindillas.

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Sí, señoras y señores, esta noche, cervecitas, torreznos, más cervecitas y concierto de los Red Hot Chili Peppers. No sé qué tal estará, pero ir a un concierto es siempre motivo de solaz divertimento. Para ir abriendo boca, un temazo de uno de sus últimos discos:

Esta noche pueden tocar con esa estética semi-desnuda, o tal vez, para atacar su último single salgan de esta guisa:


Habrá que verlo. Ya os contaré, aunque no suelo ser muy objetivo cuando de conciertos se trata.

jueves, junio 01, 2006

Más madera

No, el título de esta entrada no hace referencia a ninguna película de los Hermanos Marx. Resulta que la tapa de mi inodoro se rompió, así que antes de ayer fui a comprar una nueva. Como estoy (o estamos) en una etapa en la que ya dije que no es mala idea tocar madera, pues en esta sustitución he encontrado el remedio perfecto.

Mi flamante tapa de inodoro es de madera maciza, con lo que me garantizo unos minutos diarios de cumplir con la superstición.

Y es que ayer Hospital Central, escaletado, escrito y envuelto por Guillermo Zapata y Angel Luis Lara, hizo nada más y nada menos que un 30'7% de audiencia, volviendo a superar los cinco millones doscientos mil espectadores (en una época en que las terrazas empiezan a llenarse). El capítulo se lo merecía, porque a mí me gustó bastante, y ese final quedará registrado en la historia de la serie.

Así que nada, como ahora mismo estoy en casita, me voy un rato a tocar madera.