Apitiké

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martes, febrero 28, 2006

Fantasía y cartón piedra


Hoy estoy feliz. Un tema recurrente de conversación con un amigo es una antigua serie de televisión sobre la que nunca conseguíamos información. Los dos recordábamos que se desarrollaba en una cueva, que había unos niños viajando a través del tiempo buscando algo y que existía la magia. Mi amigo, incluso recordaba que el mago se llamaba Rodco o algo así.

Pues bien, hoy, de pronto, me topo con un blog en el que hay una entrada sobre esta mítica serie: Dentro del Laberinto. En él hemos encontrado toda la información que necesitábamos para, igual que sus protagonistas, viajar al pasado. El tal Rodco en verdad se llama Rothgo, y lo que los chavales buscan es una fuente de energía: el Nidus.

La pena es que esta serie no esté editada en DVD, pero conociendo ya título, personajes,... datos técnicos, falta poco para que me instale el e-mule y empiece a descargar como un loco. Y que Dios me pille confesado.

lunes, febrero 27, 2006

La muerte como espectáculo

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Tras un fin de semana de carnaval (usé la típica desechable analógica, así que ya colgaré alguna foto cuando la revele y escanee las copias), vuelvo al mundo virtual.

El viernes por la tarde me tumbé en el sofá y me puse la primera película que pillé de mi estantería. Se trataba de Relámpago sobre el agua de Win Wenders y Nicholas Ray.

No sabría muy bien cómo definir esta película: ¿documental?, ¿ficción documental?, ¿experimento?, ¿cine-reality?, ¿morbofilm?...

El caso es que la premisa es muy sencilla: Nicholas Ray agoniza con un cáncer terminal, Wim Wenders van a visitarlo y deciden hacer una película sobre sus últimos días. No se trata de un repaso a su carrera, sino simplemente de ver cómo este hombre se va apagando y aún así tiene fuerzas para realizar una última película antes de desaparecer. El mismo Nicholas Ray explica que se trata de un ejercicio de autoestima, de recuperar la confianza en sí mismo, de volver a sentir que es capaz de hacer lo que le hizo reconocido.

No puedo decir que se trate de una buena película, tiene ese tufillo ochentero que ya ha quedado desfasado, pero sí puedo decir que tiene una gran capacidad para capturarte. Sabes que lo que ves, por mucho que lo ficcionen, es real (sobre todo cuando las imágenes son las grabadas en una rudimentaria cámara de vídeo).

Al final, obviamente, Nicholas Ray muere, pero poco antes parece arrepentirse y exige que dejen de filmar. Es un momento duro y cautivador.

Tras apagar el aparato de DVD, me dio por pensar algo: si en las cadenas de televisión se agotaran las ideas, pronto veremos realitys sobre los últimos días de las celebridades. La muerte en directo.

viernes, febrero 24, 2006

Probando, probando: Tetas y visitas


Hace un tiempo, coloqué en mi blog unas fotos de Cristina Ricci. En una de ellas aparecía en tetas. Un compañero de trabajo me acusó de colocar estas fotos sólo para recibir más visitas. Es cierto que a uno le gusta que la gente le visite en su blog, pero en aquel caso concreto, lo de la foto no fue por ese motivo.

Sin embargo, éste compañero sostiene la teoría de que si coloco una foto de unas tetas, el número de visitas me aumenta. Varias veces he tenido la tentativa de probar a ver si esto es así, y hoy por fin me he decidido colocando la foto de esas hermosas tetas de la derecha.

¿Han acudido más de mis escasos visitantes a la llamada? Lo veremos.

jueves, febrero 23, 2006

Acción vecinal

Yo me venía preguntando qué coño pasaba en Madrid que nadie (incluido yo mismo) salía a protestar ante todo lo que este alcalde nuestro está liando en la ciudad. Sobre todo, no entendía por qué todos nos quedamos callados cuando este hombre (obras aparte) comienza a ampliar poco a poco la zona de parkímetros en la calle, con nocturnidad y alevosía.

Pero eso se acabó, vecinos de Carabanchel y Fuencarral están realizando acciones y manifestándose contra esta medida. Y es que todos tragamos que se pongan parkímetros de la M-30 para dentro con la excusa de que así se descongestiona Madrid. Pero, ¿que lo pongan en barrios residenciales? Si allí de día nadie tiene problemas para aparcar, ¿a qué viene esa medida? ¿Habrá también enviado cartas diciendo que ha pintado el barrio de líneas verdes por petición vecinal?

Ay, Gallardón, Gallardón...

Cine literario


Ayer pusieron en Telemadrid una película que dejé escapar en su pase por los cines, así que me puse a verla. Se trataba de Cosas que diría con solo mirarla. Las ganas previas que tenía de verla vencieron a un buen partido de fútbol e incluso al último capítulo de Aquí no hay quien viva, pero no pudieron vencer a la propia película.

Se trata de una compilación de episodios, no sé cuantos, porque yo desconecté al principio del cuarto, bastante aburrido. Es la típica película de la que se puede decir que los actores están muy bien, pero no mucho más. Las tres historias que vi tenían un denominador común: mujeres independientes, que no tienen un hombre junto a ellas, pero que está claro que estarían muchísimo mejor si lo tuvieran. El director es un hombre, claro (creo que el hijo de García Márquez).

Aparte de eso, es una película construida sobre una base muy literaria: largos diálogos, largas secuencias, silencios, largas explicaciones habladas sobre lo que les pasa a los personajes (en lugar de dejar que lo descubramos por sus acciones). No la terminé y no puedo juzgar el resultado completo, pero menos mal que no fui a verla al cine.

miércoles, febrero 22, 2006

"Canción de hielo y fuego" vs. "Hospital Central"


Por recomendación de un compañero de trabajo he comenzado a leer lo que parece ser una de las sagas de fantasías más importantes de los últimos años: Canción de hielo y fuego. Obviamente, he comenzado por el primer tomo: Juego de tronos.

Apenas llevo cien páginas (de unas ochocientas), pero ya puedo decir que me he enganchado.

Al leer que el autor estuvo mucho tiempo trabajando en series de televisión y que aplicó lo que ahí aprendió para escribir esta saga, no he podido evitar reflexionar sobre ello mientras leo. ¿Qué tiene que ver esta obra con mi trabajo?

En verdad, lo que hace George R. Martin es algo que se viene haciendo desde hace mucho tiempo (desde los folletines del XIX por lo menos). Los capítulos son cortos, y en cada uno de ellos (al menos por ahora) pasa algo que hace avanzar la historia. No hay lugar a meras descripciones que se detienen en la belleza del paisaje. Esas descripciones existen, pero en el paisaje aparece un lobo herido (es un ejemplo). Y al final de cada capítulo nos encontramos con un giro que nos anima a seguir leyendo. En definitiva, es lo que se pretende hacer al escribir secuencias para televisión, que en cada una pase algo y que acabe dejándonos con ganas de ver qué va a ocurrir a continuación. No hay nada nuevo bajo el sol, sólo lo olvidado.

Un elemento de estructura que sí me ha parecido acertado es que cada capítulo se centra en un personaje y, de hecho, el título de cada uno de ellos es el personaje sobre el que va. Así vamos pasando de punto de vista a punto de vista, exactamente igual que ocurre en cualquier serie. (Tras una secuencia de Maca, viene una de Vilches, a la que sigue una de Dávila para volver a Maca, ¿no?).

En fin, espero que siga gustándome como hasta ahora, lo que me asegura meses (si no años) de grata lectura, porque la obra aún no está acabada.

martes, febrero 21, 2006

Un lugar para la nostalgia



No sé por qué extraña asociación de ideas, esta mañana me he acordado de aquellos tebeos que leía en mi infancia, y especialmente de las adaptaciones de grandes obras de la literatura que se agrupagan en una colección llamada "Joyas Literarias ilustradas" o algo así. En esta colección tuve el primer contacto con obras como Miguel Strogoff, Historia de Dos Ciudades, Cinco semanas en globo, La Isla del Tesoro, y muchas más.

Recuerdo que esta colección o estaba en dos formatos o había dos muy parecidas. Una de pocas páginas cada volumen en la que tan sólo venía el tebeo (en aquellos momentos nadie hablaba de "cómic") en color. Y después había otra colección de tomos más gruesos. En el lomo de cada obra podíamos ver dibujados los rostros de los protagonistas. Aquí sí se reproducía la novela (ahora no sé si la obra completa o una versión resumida), y cada diez o doce páginas, nos encontrábamos con una hoja de tebeo en blanco y negro que venía a resumir lo que habíamos leído. Pasé grandes momentos con aquellos libros.

¡Ay, qué tiempos aquellos!

domingo, febrero 19, 2006

Reflexiones de fin de semana

Ayer, tras una copiosa comida, decidimos salir a dar un paseo. Como el día no acompañaba, nos metimos en el Reina Sofía, dispuestos a ir directamente a la nueva cafetería. Sin embargo, antes de eso, paseamos por un par de exposiciones. A mí el arte moderno siempre me ha resultado algo extraño. Sé que muchas obras no van dirigidas a una contemplación estética, sino a una contemplación conceptual. El autor no quiere decir tanto "mira qué bonito" como "mira qué cosas se pueden hacer". Sin embargo, en este museo me gusta mirar a la gente que mira. Ocurre como en ese anuncio de la Coca-cola. Poca gente se atreve a decir "ya lo ví, es un cuadrado negro", y mucha, muchísima gente, se acerca al cuadrito pequeño a ver si en él encuentra explicación a la obra.

Tal vez lo haya contado antes en este blog porque es una idea recurrente mía, pero me gustaría que se hiciera una exposición donde las obras, cuadros en su mayoría, tuvieran una dimensión muy reducida, de unos seis por seis centímetros, y al lado de cada obra, en dimensiones grandes, de dos metros por tres, la ampliación de su ficha explicando técnica, título, año... Así la gente no tendría que acercarse tanto para ver lo que realmente le interesa.

Ya está la primera tontería de fin de semana. Voy a la segunda. Hoy he visto en la tele del metro una noticia de esas estadísticas. Hablando del PIN, el número secreto de las tarjetas de crédito y de los teléfonos, la noticia decía que un 44% de los hombres elige números al azar mientras que el 33% de las mujeres elige una fecha significativa. Es lo que ocurre cuando el periodista quiere dar una intención a unos datos que no la tienen. ¿Qué quiere decir con eso? Puede que el 44% de los hombres elijan un número al azar, pero, ¿eso excluye que haya un 33 o un 50% que elija una fecha? Puede que el 33% de las mujeres elija una fecha, pero ¿eso excluye que haya un 44 o un 60% que elija al azar? La mayoría de las veces que se dan noticias estadísticas, se juega con elementos de este tipo, pero creo que nunca había visto ejemplo tan claro. Para que un dato tenga valor habría que dar el porcentaje sobre el mismo concepto, ¿no?

Y ya está, es que llevaba tiempo sin pasarme por aquí, ha caído en mis manos un portátil con conexión wireless y no he podido evitar escribir estas tonterías.

jueves, febrero 16, 2006

Los crímenes de Oxford

Hace muy poco comencé a leer una novela cortita, Los crímenes de Oxford, de Guillermo Martínez. Es una de esas novelas que te lees en tres sentadas, porque quieres descubrir qué pasa, quién es el asesino y por qué.

Hoy, casi por casualidad, un compañero me ha comentado que Álex de la Iglesia está llevando su adaptación al cine. Lo he buscado en el imdb y así lo refleja. No puedo decir más que me parece que esta novela en manos de este director promete mucho, espero que así sea y yo ya sé que seré uno de los espectadores que irá a verla.

miércoles, febrero 15, 2006

Superhéroes en plantilla


Hay noticias que consiguen ir acabando poco a poco con la fantasía y dejando cada vez menos espacio a lo increíble. Precisamente hablo de un hombre increíble: Hulk.

La Masa ya no luchará contra los malos a raíz de sus rabietas, sino que, según leo en Periodista digital, ha fichado por la policía y se ha convertido en un "vicecomisario" modélico. Cuando los superhéroes entran a formar parte de la oficialidad, es que los superhéroes se acaban.

Por cierto, para leer algo sobre superhéroes, oficialidad, persecución, fascismo y mucho más, es muy recomendable el cómic Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons.

martes, febrero 14, 2006

El cura hijo de puta (sin perdón)

En Valencia hay un cura al que uno puede apedrear o apalear y seguramente se nos eximiría de la culpa. ¿Por qué? Pues porque según sus mismas palabras, una provocación es un eximiente de una agresión.

Voy al meollo, me ha llegado un enlace de El País que no tiene desperdicio. Es el comentario sobre una hoja del Arzobispado de Valencia que habla sobre el maltrato de género diciendo cosas como "Nadie ha confesado qué hicieron las víctimas, que más de una vez provocan con su lengua" o perlas como "El varón, generalmente, no pierde los estribos por dominio, sino por debilidad: no aguanta más y reacciona descargando su fuerza que aplasta a la provocadora". Todo para después decir además, que a qué vienen a quejarse las mujeres, si encima van y abortan las muy malas...

Curas así son los que dan mal nombre a la Iglesia. Espero que le abran un expediente o algo así. Una institución que últimamente sale a la calle a protestar en cuanto se le tose lo más mínimo, no puede quedar en silencio ante un texto así.

Estaremos a la espera.

lunes, febrero 13, 2006

Buenas noches, y a dormir

Ayer fui a ver Buenas noches, y buena suerte. Lamento no estar de acuerdo con la mayoría de lo que se ha escrito por ahí sobre ella pero a mí, insisto, “a mí”, me aburrió bastante.

¿Por qué? A ello voy. En primer lugar, y primordial, creo que le falta tensión. La película cuenta unos hechos que sucedieron en la realidad, nos lo va contando paso a paso, pero no hay ninguna implicación emocional de los personajes, ningún miedo por su parte, y como consecuencia, mucho menos por la mía. Si sólo actúan movidos por una ética periodística irreprochable, si a ellos les da igual lo que les suceda, si sus motivos son puramente intelectuales, si perder sus trabajos no les va a suponer ningún trauma, a mí la historia me resbala por la piel sin llegar a penetrarme en lo más mínimo.

Un ejemplo claro de esto es lo que sucede con la historia secundaria del matrimonio. (Ojo, este parrafito es un spoiler). Cuando le dicen a dos de los trabajadores que saben que están casados entre sí (algo al parecer prohibido en la CBS) y le dan la opción de despedirse por sí mismos para no tener que despedir a otros, la noticia es recibida con una tranquilidad asombrosa. “Vaya, ya lo sabían y nosotros haciendo el paripé”. Ni una súplica, ni un enfado, ni un temor hacia el futuro, nada. Y aquí acaba el spoiler.

Por otro lado, esa realización que tanto se ha alabado… No sé, tal vez a mí se me escape algo. Tendría que volver a verla para corroborar este dato, pero para mí que el ochenta o noventa por ciento de los planos son primeros planos y planos medios. Apenas pude ver a los protagonistas caminando con piernas y todo en un par de ocasiones, por no hablar de ver una habitación entera o mucho menos una calle. La película va sobre la tele, pero no por ello hay que copiar la estética televisiva, vamos, digo yo.

Buenas noches, y buena suerte parece más un documental ficcionado sobre aquellos hechos que una película de ficción. Su emisión dentro de Documentos TV estaría muy bien, pero verla en una pantalla de cine no me parece lo más adecuado.

Al menos, sólo dura hora y media.

viernes, febrero 10, 2006

Subconsciente político

Hoy he tenido un sueño extraño. Junto a varios compañeros, yo estaba condenado a muerte. No voy a entrar en detalles del sueño, que escuchar (o leer) sueños de los demás suele ser algo aburrido. Lo principal era que los tres condenados estábamos encerrados en una iglesia repleta de gente. Esta gente tenía que votar si quería que nos mataran, o NO si no quería. Para ello había dos pulsadores (que en verdad eran como dos travesaños de esos de llevar santos). Uno tenía el NO, pero lo curioso era que en el que debía poner , no estaba escrita esa palabra, sino que se podía leer PP.

Dios santo, esa es la imagen que a mi subconscinete está llegando del PP, la de un partido que propugna la pena de muerte. ¿Habrá algo de verdad en ello?

jueves, febrero 09, 2006

David Bowie

El otro día hablaba de la música de juventud. Yo era un adolescente en los ochenta, y en esa época descubrí a un músico que venía de los sesenta, casi por casualidad. Un amigo me grabó una cinta (entonces no se hablaba de pirateo) de David Bowie. Por suerte para mí, esa cinta era nada más y nada menos que Ziggy Stardust, un disco que me parece casi imposible que no te guste. Después de eso encontré en un supermercado una cinta de The man who sold the world, ésta original. Y ya no me cupo ninguna duda, si tenía que ser fan de algún cantante (parece que con esa edad era lo que pegaba), ese iba a ser Bowie. Y no me arrepentí.

De las viejas glorias, Bowie es el único que se ha ganado con honor el título de "Camaleón", no sólo por sus cambios de aspecto, sino también por haber intentado no quedarse nunca atrás en el aspecto tecnológico (sin olvidar el creativo) y probar con la vanguardia. Hay discos mejores, peores, buenos, malos, pero cuando hace una buena canción, es una BUENA canción.

martes, febrero 07, 2006

Cualquier tiempo pasado...

En la hora de la comida hemos estado unos compis de trabajo y a pesar de eso amigos curioseando por la página de música de Yahoo. La verdad es que, pasados los treinta años, parece que todo tiempo pasado fue mejor. Ver vídeos de músicos tan variopintos como Nirvana, Guns 'N Roses, Pet Shop Boys, Public Enemy, Depeche Mode, y otros tantos no es sólo ver vídeos del pasado, es volver a él, es recordar qué hacías tú entonces. Ese poder evocador de la música sólo es superado por el de los aromas.

Esto me trae a la cabeza una discusión que mantengo habitualmente con un amigo. Para él no hay música como la que se hacía en los setenta, (aunque lo amplía a sesenta y ochenta), pero yo insisto en que esa es la música de nuestra infancia y adolescencia y por eso nos parece irrepetible, pero probablemente hoy en día haya tan buena música como entonces (aunque tal vez escondida entre la mucha morralla, pero también hay más saturación). Él dice que hubo un momento de creatividad que no se ha repetido aún, yo casi le doy la razón, pero creo que la creatividad está ahora en un tipo de música que tal vez no nos guste tanto sólo por motivos de edad: hip hop, electrónica,...

En fin, lo que está claro es que la música es siempre tema de conversación y pasa a convertirse en algo tan personal que eres capaz de enfadarte por defender al grupo que te gusta. Y eso está muy bien.

lunes, febrero 06, 2006

Recuperando un clásico

En mi infancia o preadolescencia leí varias de las novelas de Sherlock Holmes. Recuerdo que quedaba maravillado con cada deducción de este personaje. Uno de mis objetivos era adelantarme a él, averiguar por qué podía saber tal o cual cosa sólo con su capacidad deductiva. Nunca lo conseguía y eso me provocaba cierta sensación de decepción, pero a la vez de admiración por el detective.

Este viernes encontré un libro que rápidamente ha pasado a mi biblioteca, es la publicación en un sólo volumen de Todo Sherlock Holmes. En casi mil seiscientas páginas se recopilan todas sus novelas y cuentos.

Ayer mismo comencé la primera de sus novelas, Estudio en Escarlata, y descubrí, para mi agrado, que sigue siendo una lectura muy amena. Es aquí donde Watson conoce a Sherlock, y lo describe en un solo capítulo de tal manera que ya necesitaremos saber poco más sobre el personaje. Eso sí, las deducciones ahora se me antojan un pelín caprichosas, pero, eso también, muy efectivas.

En fin, no creo que me lea todas las obras de un tirón, pero a ver cuánto tiempo me acompañan Watson, Holmes, el violín, la lupa, las deducciones elementales y los misterios por resolver...

jueves, febrero 02, 2006

Parecidos no tan razonables

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Sé que no se parecen tanto, pero ayer, viendo el partido de balonmano de España contra Ucrania, en algunos momentos me parecía que el entrenador era el mismísimo Ferrán Adriá. ¿Qué podía pedir este hombre a sus jugadores? "¿Espuma de pase cruzado"? ¿"Sorbete de siete metros"? Sé que nó, que el entrenador se llama Juan Carlos Pastor, pero así con ciertas condiciones de luz y de lejos, no me digáis que no se dan un aire (o una deconstrucción).