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miércoles, mayo 03, 2006

Federico

Hace muchos años (yo estaba en bachillerato, así que hablo de mediados de los ochenta) mi madre me dijo un día: "Hoy ponen en la tele una película de Federico, ese que te gusta". Mi madre es una típica mujer de pueblo con escasa cultura cinematográfica, así que le pregunté quién era ese tal Federico. Fellini nunca me ha gustado en exceso como para que mi madre me hubiera oído hablar de él. Ella insistía y yo seguía sin saber a quién se refería. Por fin, me sacó de dudas con la última aclaración: "Niño, ese gordo que te gusta tanto. "Ah,-comprendí- Alfred Hitchchock".

Mi madre simplemente había hecho una derivación fonética Al-fred hitch-cock = Fe-deri-co. ¿A que viene esto? A aclarar que en aquella época me encantaban sus películas y que nunca han dejado de gustarme.

Pues bien, ayer mi chica me regaló la última biografía sobre el genio: Sólo es una película. Abrí la primera página para echar un vistazo y me he quedado inmediatemente enganchado a su lectura. No pude parar hasta que no acabé la entretenidísima introducción, allá por la página cuarenta.

Yo ya leí la biografía que hizo Donald Spoto, en la que Hitchcock aparecía como un ser manipulador, lleno de complejos, amante de las bromas de mal gusto... También leí, obviamente, el libro de Truffaut, en el que la cosa era mucho más técnica: trucos, por qué tal historia se cuenta de tal manera...

Por lo que llevo de éste, la autora trata bien al director y creo que se presenta a un Hitchcock más humano. En lo poco que llevo, Hitchcock reconoce su admiración (y casi envidia) por Billy Wilder, y pone en su boca frases como:

"Creo que si nunca recibí un Oscar fue porque nunca tuve imagen de artista. NO tengo aspecto de haber pasado hambre en una buhardilla".

"Se ha hablado mucho de la obsesión de Hitchcock por las rubias y sobre mis heroínas, usted la yo sabe. Pero hay un factor determinante a la hora de elegir a la actriz principal, algo que no se ha mencionado. La heroína debe ser del agrado de las mujeres. Las mujeres no sólo suponen la mitad del público de mis películas, sino que muy a menudo, cuando un hombre quiere complacer o impresionar a una mujer, le pregunta: ¿Qué película te gustaría ver?. De modo que es ella, en este caso Alma [su esposa], quien escoge a mis heroínas".

Podría seguir citando y citando, y sólo he leído la introducción. O sea, es un libro bastante recomendable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi madre también es la que llama a los artistas con nombres imposibles, me muero de risa con ella. Y además ejerce de mamá de la guionista y le dá consejos sobre que personajes le gustan y cuales no, y no perdona una trama estúpida. Será un poco disléxica para el inglés, pero de lo demás sabe un rato.

Zero Neuronas dijo...

Je, je. Los guionistas y sus madres... Eso da para un libro.