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lunes, octubre 03, 2005

Brillo eterno

Este fin de semana me he llevado una de esas agradables sorpresas que de vez en cuando te da el cine, o en este caso concreto el DVD. Por recomendación de varios compañeros de trabajo, me compré Olvídate de mí.

Como referencías, creía saber que se trataba de una comedia romántica donde un joven se somete a un procedimiento para borrar de su memoria todo rastro de su ex-novia. Nada más. Y es mejor llegar a esta película tan virgen como llegué yo, porque me he encontrado con una historia original y una manera de contar absorvente. No se parece en nada a la película que esperaba encontrar, para bien. Varias veces a lo largo del visionado sentí erizarse los pelos de mi piel. Y anoche no hacía frío.

Jim Carrey apenas hace un par de muecas, y todos los actores están perfectos. El ser rastrero que interpreta Elijah Wood me encanta, porque entendemos su miseria.

No me extraña que ganara el Oscar al mejor guión original, porque es magistral la manera en que nos cuenta una historia que a priori puede parecer complicada de hacer comprender, sin que nos perdamos. Pura magia cinematográfica.

Y esa forma en que nos metemos en la cabeza de Jim Carrey... a veces me acordaba de aquellas colaboraciones entre Buñuel y Dalí...uff. Una prueba más de que los efectos especiales (ópticos o informáticos) se pueden usar no sólo para películas de acción.

Mejor no cuento nada más para quien no la haya visto. En ese caso, sólo diría una cosa: hay que verla.

1 comentario:

Jeremy Fox dijo...

Totalmente de acuerdo, una de las joyas cinematográficas del año pasado. Y era tan fácil haberla hecho mal que tiene más mérito todavía haberla hecho bien (no sé si me explico).

Saludos.