El salmorejo es algo sencillo, muy rico y muy sano.
Yo echo a la batidora de vaso unos ocho tomates maduros de tamaño mediano. Si la batidora no es muy allá, es mejor pelarlos antes. A eso se añade un buen trozo de pan que se ha empapado en agua previamente y se ha escurrido apretándolo con las manos. Ahora pelamos un ajo, lo cortamos por la mitad y le quitamos el embrión para que no repita. Lo echamos también a la batidora. Añadimos un chorrito de aceite virgen, un poco de vinagre y sal.
Y ya está. Ponemos en marcha la batidora y que quede una pasta más o menos espesa, más o menos roja, según nos guste. Eso dependerá de la cantidad de pan y de la cantidad de tomates.
Para servirlo, se añade huevo duro picado y jamón picado a cada cuenco. Riquísimo. Bueno, tampoco está mal con bonito, o con patatas fritas dentro del salmorejo, o con manzana, o... En fin, que la imaginación trabaje.
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